domingo, 9 de marzo de 2008

Me puse unas botas grises


El otro día llovió. El otro día también iba a ir a Interpol. Tuvo la entrada en sus pequeñas manos veinteañeras. Decía "prohibida su venta". La había comprado a menor costo por contrabando mediático. Pero el mismo día del concierto, un asunto derivado de la salud mental, la obligó a revender el pase al Caupolicán. Resulta que necesitaba esa plata poder pagarse al loquero. Pudo haber saltado y llorado con Paul Banks, pero fue más la urgencia de llorar con los otros locos de un mismo patio. So... ofreció desesperadamente la entrada. Nadie vía eme-ese-ene la quería. Hizo llamadas, envió mensajes de texto. Nadie. Recurrió a una última esperanza: googleó "interpol chile" y apareció. Era un blog. Interpol viene a Chile bla-bla-bla y abajo los comentarios. Ey! madafakars necesito una entrada, tengo 20 lukas, mi cel es xxxxxxuuuu!!!! El chico dejaba su fotolog. Lo revisó. Y comprendió que él merecía esa entrada más que ella. Realmente la deseaba más. Un joven estudiante que sigue el estilo al pie de la letra y sufre cada minuto que pasa sin tener la plata para comprar una maldita entrada. Así que lo llamó. Así que hicieron el negocio. El jovencillo estaba en el hotel donde la banda se estaba quedando. Sus planes eran ir más tarde a corear las canciones fuera del recinto. No importaba nada. Ambos quedaron agradecidos. Ella obtuvo la plata para pagar su loquero y él tuvo la entrada que merecía su fanatismo a toda prueba. Una cosa por otra.

2 comentarios:

dEsoRdeN dijo...

Y fueron felices y comieron perdices. Aunque uno lo hizo cantando 'Say Hello To The Angels', y la otra 'Not even Jail'...
besos

Anónimo dijo...

Una cosa por la otra. Buen accto intoxic. Una de las trastor me dijo que te arrancaste al puerto. Exigo que me cuentes todo.
N!