martes, 30 de octubre de 2007

En la Selva


Cuatro balazos bailaron en el aire santiaguino una madrugada halloweenesca. Silbaron plateados, limpios y secos. Bang, bang, bang, bang. Esta vez no era la canción de Nancy Sinatra. Era revolver en mano apuntando con furia ciega.


Chiko Monedas y Miss Intoxic iban en una micro llena de monstruos noctámbulos que regresaban a sus casas después de haber pedido dulces. El chofer hizo rugir el motor casi al mismo tiempo en que se oyeron los tiros. Partieron veloces y en la carrera se colgó de la puerta trasera del bus el prófugo de los disparos. Estaba ileso, limpio, pero aterrado. Intoxic y Monedas iban parados frente a la puerta y prácticamente lo recibieron en sus brazos. Una milésima de segundo más tarde se abalanzó sobre la máquina en marcha otro individuo. Dudosa procedencia: venía volando a ras del asfalto. Y no estaba solo. En su mano derecha, mortalmente empuñado, traía un cuchillo afilado que brilló a la luz de los focos microbuseros. Con ojos desorbitados los pasajeros vieron cómo balanceaba el puñal sin dirección definida. El terror los empujó hacia atrás, hasta que uno de los pasajeros lo golpeó en el pecho, haciendo que cayera de la micro amarilla. Después todos echaron a la calle al prófugo. Quien sabe si lo habrán pillado allá abajo.

Mañana se cumple un año del tremendo susto de los disparos, el cuchillo y la cara de flaytes que tenían el prófugo y el del cuchillo. Mañana en la noche saldrán a huevear otra vez. Aunque halloween valga hongo y pasen cosas raras que convierten esta fecha muchas veces en una noche de pánico.

2 comentarios:

0-catatonica-0.blogspot.com dijo...

que extrema tu noche de brujas del año pasado, bueno al menos la de este año estubo más piola.

Macarena Gallo.- dijo...

hola miss intoxic
se me pararon de miedo los pelos, tuvieron suerte que no les pasó nada.
me carga jalogüin pero igual hago mis travesuras...

salu2.