miércoles, 4 de junio de 2008

falla de fábrica




La triste historia de una perra que fue violada por su amo la escribí a los nueve años. No me quedaban más actividades que realizar para las cenas de nuestra familia y quise componer un relato que me hiciera llorar a mi. La cosa es que no me atreví a contarla en el cumpleaños de la abuela. Porque soy cobarde endógena. Porque era la mejor hija. Porque todos querían que así siguiera siendo. Y yo les cumplí el deseo. Por dentro el mundo es de otro color. Y eso lo saben mis más estimadísimos reales de la vida. Nada de cuentos. Aunque el título The Real se lo lleva la GolonCata (que anda más voladora que nunca, es que la primavera se le escapa y la lluvia la atormenta). Sobre el cuento, a los 9 me quedé callada. Mi familia siempre pensó que yo era una callada. Una de esas que se callan por pavas. Y esa posición sin duda que me brindó mayor movilidad y comodidad. Así crecí yo. Mirando todo, hasta lo que no debía, leyendo mucho, escribiendo más y el resto lo imaginaba. Mientras que en mi familia algunos seguían desterrados por haber hablado o haber actuado. Conozco a la gente desterrada por la matriarca. Ellos también saben quienes son. Pero ahora no sé a qué le pueden temer. A unas palabras? A una persona? Y a quienes critican? A mi no me da vergüenza decir que empecé a saborear la victoria de los actos a los 14 y nadie me pudo parar... por qué... porque nadie sabía lo que yo estaba haciendo. Y no dejé rastros. No tengo nada que lamentar.

Y el cuento de la perra... por ahí, en algún cuaderno debió quedar.

2 comentarios:

dEsoRdeN dijo...

En los silencios se guardan las mejores historias. Y en el secreto, más se disfrutan
(besos clandestinos)

0-catatonica-0.blogspot.com dijo...

xuuu con esa amigas pa q keri enemigas jaja

Perdoname nata xq andar asi de despreocupada ...tu eres una de las personas mas importantes de mi vida y no te tengo q descuidar.

te kero sister