lunes, 24 de septiembre de 2007

Qué Buena Está La Nana


Una vez comenté que Miss Intoxic intentó matarse a los 9. Fue la primera vez que quiso desaparecer y que sus padres se sintieran culpables por su muerte. Y que la extrañaran con lágrimas cada día. Pero no comenté por qué quiso hacerlo ni cómo. Eran 9 años, no es mucho, pero ya había almacenado bastante mierda kilométrica. Ahora, no sabe la razón, pero quiere revivirlo en su carne y soltarlo, para ver si se va de una vez. Como suspiro, como sudor, como vomito. Que se vaya de ella.
Atardecía en la Capital primaveral de 1992. El aire estaba tibio, así que la pequeña Miss Intoxic andaba con un vestidito que le regaló su mamá, sacado con la tarjeta de Falabella a 10 cuotas. En la tele estaban dando los monitos. Mientras Candy reía en la pantalla, Miss In. se preocupa porque su papá hace rato que estaba en la pieza y no salía. Se acercaba la hora de ir a dormir, pero él no aparecía para llevarla a la cama. ¿La nana se fue o no? A Miss In. algo le inquietaba de esa mujer. Ojala se haya ido, pensó. Candy terminó y su papá aún no salía. Miss In. sintió una voz en la pieza de los papás. Se fue gateando por el pasillo sin saber de qué se escondía. No quería hacer ni un solo ruido, para que no la pillaran que iba reptando hacia la pieza del papá. La casa oscura la ayudaba en la tarea de llegar al umbral de la puerta que estaba entre abierta. La voz que oyó ahora eran dos. Empujó suavecito la puerta. Se paró, miró al interior de la pieza y vio con sus ojos de niñita de 8 años, al papá con la nana de la casa en una pose que no entendió en ese minuto, pero que fue suficiente para desmoronar la imagen de un señor que hasta ese día había sido su héroe.
Un año más tarde, cagada por la culpa de no haber dicho una sola palabra a su madre y asqueada por amar aún a su padre, a pesar de la traición que tampoco comprendía totalmente, se mandó un vaso con detergente para loza y agua, le agregó unas gotas de cloro. Había estado haciendo burbujas de jabón y simplemente se le ocurrió que era mejor matarse.


Imagen, Sally Mann

6 comentarios:

Macarena Gallo.- dijo...

Hola nata.
de repente pienso q es bueno irse con un secreto hasta la tumba para no hacer sufrir, pero creo que la madre de miss in. debía saber q su esposo la gorreaba con la nana, mientras su hija veía a la cándida-candy por televisión.

saludos desde el sure!

Unknown dijo...

A mí me pasó algo parecido con un amante de mi madre que me intentaba comprar con regalos que yo rechazaba con total desprecio de nene. Aunque nunca se me pasó por la cabeza lo del detergente. La cuestión es: ¿qué es mejor: una verdad dolorosa, o vivir felizmente engañado? Yo no tengo ni idea...
besos

Mujer Doméstica dijo...

Queridisimos Maca y Desorden:
Ambos han dicho cosas que remueven la realidad. Esa historia esperó trece años para ser contada. Y el resultado fue como comer mierda. Pero no importa, porque al final, después de tragar, no pasó nada. Todo siguió patéticamente igual. Y Miss Intoxic recuerda y escribe, es como para ir limpiando la sangre.

Saludos felices!!! por favor!!

Mujer Doméstica dijo...

Ah, y lo olvidé: gracias Desorden por tu sinceridad.

Bye!

Unknown dijo...

No hay de qué, miss intoxic. Si no somos sinceros en un espacio tan libre como el de los blogs, ¿dónde lo seremos entonces?
un abrazo!

vitami dijo...

La rabia se apodera de nosotros cuando amamos y nos defraudan. Pero esa rabia es energía y se desarrolla, crece y cambia. Tal vez, como en este texto o en unas fotos sacadas de la cabeza de un cráneo colorín.

te quiero