miércoles, 5 de septiembre de 2007

black steel, the sight of you*


"Me interesan las historias".- se dijo Miss Intoxic instalada en su asiento de micro, cuando una joven muy morena y su novia muy pelirroja la miraban desde la calle, con expresión de "qué mirai mierda". Hay tantas historias por ahí. No puede evitar escudriñar (porque ya no es mirar) sino escudriñar las caras de las personas buscando un párrafo, una línea de sus historias. Todas le interesan. Las que viajan por los rieles del metro, las que suben por las escaleras mecánicas, las que se hacen las dormidas en las micros de vuelta a la casa, las que pasean distraídas por una calle con árboles altos.
Y aunque lloviera con el frío más demencial o el calor estuviera que derrite la grasa de los poros, las personas siempre se suben a los buses, abordan el metro, manejan sus autos y caminan por las calles. Y cargan sus caras que pueden contar buenas y malas historias. Pero no malas de aburridas. Malas de malditas, de salomónicas, de lamentosas y aborrecibles. Quizás tan malevolas que son sabrosas. Y sabe que al inventarse para su propio gozo la historia de alguien, puede que sea la mayor mentira. Y que los santos son como satán y que los milicos son como el Papa. Y que existen monjas con atraso y que la señora que vende el diario tiene pene. Que la vecina celebra la muerte de su marido borracho y que han heredado millones de pesos que había en un banco perdido. Que la que va durmiendo en el asiento del lado en verdad está rememorando la última vez que tuvo un orgasmo eStAllaNTe. Por eso su labio está un poco levantado y la boca se abre unos milimetros dejando brillar la saliva. Por eso son caras con historias. Y por eso valen más que la plata. Valen y son como unos tesoros que algunas veces no tiene con quien compartir, porque no quiere o no puede, porque no hay quien la entienda, quien la atienda. Y otras veces las cuenta a él, porque también él fue una historia al principio, una facha y una historia. Y se equivocó con él. Ahora piensan que por eso todavía se reunen. Para celebrar la equivocación.



*The Leanover - Life Without Buildings
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6 comentarios:

Macarena Gallo.- dijo...

Concuerdo harto en que en todas partes hay historias por contar. Aunque sean las más malas, la que por ningún motivo quisieras mostrar. Sería una lata no darse cuenta de aquello.
Y está bien que celebren la equivocación.

Saludos.

Mujer Doméstica dijo...

Sipo Maca, yo sé que a ti también te rayan las historias, si no ¿cómo podríamos ser PerIoDiStaS?

ja, ya besos
Chavela!!

Unknown dijo...

A mí también me encanta imaginarme cosas de la vida de las personas con las que me cruzo por la calle o el metro. Y estoy seguro que, con lo intuitivo que soy, no debo fallar mucho en lo que imagino. Y si fallo, me lo invento.
un beso

Unknown dijo...

O mejor dicho, si la realidad no coincide con mi imaginación, es la realidad la que se lo está inventando

axolotl dijo...

entretenido lo que pusiste, y, cierto, hay reparos técnicos que no vienen al caso. en suma, siempre me desvío del tema: gracias lolita o lolito por incluirme en vuestros links.

axolotl de
don francisco y usted.

singular dijo...

lugubre pero bella la fotografia del vertice superior derecho del cuadro. me recuerda un buen vaso de borgoña con frutillas helado en el quitapenas de recoleta