lunes, 26 de enero de 2009

Encontrar

Busqué en el metro de la capital sucia. Busqué en los parques y las plazas menores. Me senté con libros, sinceramente los leí por si aparecías. Busqué en bibliotecas, en los pasillos y patios de la universidad. Busqué en bares negros y pistas de baile. Busqué en los tragos dulces, en los amargos también. Busqué en tugurios clausurados. Busqué en el precipicio. Busqué en amigos. Busqué en desconocidos, forasteros, asaltantes y paseantes. Busqué en cantantes, poetas, escribientes. Con fiebre y aburrida también te busqué. Pero mira tú la vida, el destino, como quieras decirle... justo cuando dejé de buscar, te encontré. El más improbable, el más escondido, el más callado, sencillo y tenebroso. Dos vidrios, una nariz y barba tigereteada. Rojo, azul y negro. Figura del rincón de la habitación. Poca risa, mucho pensar. Yo una rehabilitada, desencajada la vista, reconstruida. Una descarada que recogía sus pedazos cada lunes. Una aspirante a ser digna. Un atado de moños y cables de cobre. Una carcajada lanzada en el viento. De todas maneras armada hasta los dientes, dispuesta a no dejar que te fugues así como así.

1 comentario:

Ale dijo...

üYyy EXCELENTE!! Como q me leo en tus palabras... sexy. älemadonna