lunes, 22 de septiembre de 2008

Mordisco II


Qué cosa pegajosa tienen los aullidos del corasaund, que me tienen cantando en la ducha, el auto, las calles, el metro y en la soledad de mi guarida. Qué elemento le agregaste a mi sopa que me pongo como pez de acuario puesto en el mar: ciego de tanta inmensidad, tonto de tanta agua salada. La tontera es buena, ésta tontera. Debo decir que me cuelgo de todos los volantines que miro al pasar, que me subo a todas las micros y viajo con los pasajeros mirando todo y ni una weá. Me rio en el colectivo, me miran con cara de whaat?

Quiero decir que en las noches soy peor. La temperatura baja en la ciudad, pero yo no siento el frío. La oscuridad me pone agrésor. La cosa se pone dificil. Me siento sola, pero después me cambio al mode on. Me dan calambres sexuales. Me da hambre. Voy al refrigerador y meto las manos. Te llamo un par de veces y es con la mente. Viajo hasta tu casa, donde jamás he ido y toco la puerta. No estás. Me dicen que fuiste por unos chocolates. Así que cambio el libreto y vuelvo a tocar la puerta. Me abres tu. Me esperabas. Me conduces como una tela flotante a una pieza que tiene computadores y una pantalla enorme. Hay una película. Quizás sea de monitos. Quizás tenga que ver con campos grandes. Al otro lado hay una cama que tiene mucha madera. No te rias, pero me gusta la madera. Y bueno, está tu cuerpo ahí, entre flotando y estirado. Me llamas con los ojos. Te conviertes en lo que eres, un lobo. Y no te enojes por revelarlo. Pero es así. Y lo que sigue pueden ser mil cosas. Me da paja contarlo.


Los lobos son animales oscuros. Tienen una piel hermosa y a veces es gris. Son de los cuentos y las novelas. Amigos de los indios y de las niñitas hot indefensas, llamadas Caperucitas. Los lobos bailan y cantan con la luna. Los lobos responden al olor de la carne fresca. Generalmente andan apatotados, pero puedes encontrar alguno solito. Son pillos, se disfrazan de santas ovejas y se guardan la mejor parte para el final. Los lobos dejan sus pasos en la nieve y la tierra. Son como mágicos. Amamantan humanos y se convierten en mito. Son adorados y se convirten en ancestros. Por eso no entiendo que no te guste ser uno.

Mordisco I

Los Lobos Feroces usualmente se comen a las Caperucitas. Pero esta vez no fue así. Había una vez un lobo feroz que se comió a una Mandarina.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Otro


La mujer que veo en el espejo está sintiendo que debe pedir permiso para atacar. Porque un cable la detiene. El cable parece estar ahogando sus ganas. Pero con un poco más de fuerza podria destrozar esas ropas y esa barrera siniestra que los aleja. Usar dientes, usar uñas. Romper con un beso lo que es ajeno y convertirlo en mutuo. Compartir el pan que guardan mis manos y ponerlo sobre tu mesa para que lo devores. Comer nuestros pensamientos. Los dulces y los agrios. Y sonreir después.

El cable resiste la marea de mi impulso. Pero las cosas ceden. La mujer que está parada frente a ti quiere que hagas algo. Un favor. Toma el cable entre tus dedos marciales y rompelo. Mastica las ganas que sé que también tienes. Debes depositar el brillo que hay en tus ojos en mi banco de ilusiones. Mi cuenta está vacía. Mucho Dolor Cervical y Tanta Furia se robaron todos mis fondos. Sabes qué... no me importaba estar vacía. A veces quería que algo llegara. Aunque lo quería sin desesperación. Sin embargo, ahora sí me desespero. Quiero estudiarte, medirte, recorrerte. Quiero que me estudies, me midas y me recorras con tus instrumentos. Quiero volverme gato, pajaro, madre o mujer diminuta, lo que soy. Te lo digo desde ya, los trucos están permitidos.