miércoles, 26 de marzo de 2008

Gato en Tumba


miauu prrrr awwww raaaarrrr

lunes, 24 de marzo de 2008

Buenos Tiempos

Do you want el cigarro? Porque yo no lo quiero anymore. El humo me entra como niebla de julio madrugador. Los pedazos del cáncer aparecen en esa radiografía del sábado. Prefiero la marihuana santa que relaja mis venas densas. Me baja el perfil que está en the top of the world y me pone a tu altura micro-crepuscular. La canción que nos rodea esta vez no tiene batería, pero suena un violín. Hemos mirado por la ventana -como haciendo guardia- y seguimos viendo las street lights que no tienen ampolletas de ahorro de energía.
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En el departamento tamaño mouse te pasé el cigarro del cáncer. Encárgate de una vez. Lo hiciste. Te felicité por dentro. Me angustié de ver cómo me gusta decir i love you al revés. Hazte cargo de mi novel cáncer. Sacame a pasear en micro. Quiero ver ponys verdes y burros rosados. Quiero estar en el other world. Abandonar el silencio y que me respondas. Quiero ser suave y sanarme. Y que te sanes y me digas hola todos los días, aunque sea por teléfono.

domingo, 16 de marzo de 2008

La Castrina City


Las calles de mi barrio no son muy bonitas. No tienen nada que se acerque al concepto de bello. Pero aún así me gustan. Me gusta que sean feas y sucias. Llenas de tierra que vuela en remolinos cuando hay viento en verano. Parece el far west la porquería. Me cago de la risa cuando la gente que camina por la vereda se llena de polvo cuando lo levanta el viento fugáz. Aunque cuando me ha tocado a mi lanzo ochocientas puteadas.

La gente es media fea también. Pero yo la encuentro linda. Las señoras son casi todas gordas, algunas jóvenes también. Llenas de hijos a los 20 años se pasean con los coches y las amigas con más hijos también. Fuman con ellos jugando alrededor de sus figuras y del humo. Paradas en las esquinas pueden estar intercambiando copuchas y pelando a las vecinas por horas. Cuando hablan gritan y parece que supieran más garabatos que palabras del diccionario. Yo también hablo con muchos garabatos. Pero he tenido que controlarme porque soy profesional, y se ve mal, según dicen.

En las noches las cosas cambian un poco. En las esquinas ya no hay mujeres y niños. Fumando y tomando aparecen hombres. Da lo mismo la edad. Pueden ser pendejos de 14 años. No importa. fuman y toman igual, a la par con los más grandes. Casi en todos los grupos hay alguna mujer. También toma y queda botada, como sus colegas farreros. De vez en cuando hay balaceras. Puedes escuchar revólveres o metracas. Y gritos. Silbidos de delincuentes que se comunican a distancias con otros, avisando si vienen o van los pacos en patrulla. Acá no se ve mucha policía. Más bien dejan que se las arreglen como puedan los huevones. Que se jodan, dirán los pelotudos.

Cuando me gusta más mi barrio es cuando hay feria. Las verduras, los colores y la gente se ve feliz. Todos se conocen. Los conosco a todos. Y los gritos de los feriantes son lo mejor. "¡¡Me volví loooca, me volví loooca bajé las paltas!!" o "¡¡A gamba y a cien, a gamba y a cien los ajooosss!!".

Cuando se termina la feria queda la cagada. Hediondo y putrefacto es poco. El agua con jugos de pescado y frutas reventadas corre por las calles. La capa de verduras aplastadas llena la calle principal y el desorden es total. Los perros callejeros, que son decenas y siempre los mismos, tienen tiña y se pelean los pedazos de pescado y basura que puedan comer. Pero no tardan en llegar los basureros que se llevan todas las sobras. Corren detrás del camión con los montones de basura. Barren y acumulan en grupos la verdura y la mugre. Yo creo que deben quedar podridos. Pero su trabajo es mal pagado, a pesar de ser el trabajo que nadie quiere hacer.
Mi barrio es marginal y a nadie le gustan venir aquí. Pero sé que me costaría adaptarme en otra parte. Aquí aprendí a ser la grosera que soy y muchas cosas ya no me dan miedo, porque aquí si tienes miedo, lo huelen y cagaste.

viernes, 14 de marzo de 2008

Sin Amor




En el estado acuoso amarillo, ve a través de sus ojos cafés. Alrededor la línea negra se va desvaneciendo por el paso de las horas. O se va corriendo de lugar. Parece que tiene ojeras, pero a dormido todas las horas correspondientes. Las que le recetó el loquero. Desde ahora, muchas cosas serán por orden del loquero. Así vamos. Y mientras el estado acuoso continúa incrementándose, M., su amiga, también se va poniendo a tono con el líquido amarillo. Las risas van y vienen. Eso puede ser que lo haya recetado el loquero también.


Están en un barrio pintoresco. Están en un barrio joven, viejo, intelectual, rudo, ebrio y serio, adornado y sucio. Algunas veces por aquí pasan comerciantes ambulantes. Acaba de irse un joven rubio y lampiño que ofrecía queques y galletas de marihuana. Aquí ronda mucha hierba. También han pasado ofreciendo dvd's y cd's. Un viejo gordo y rojo vende maní tostado, salado y con merquén. Pero el mejor número lo hace el gordito ciego que canta mix de cancion del ayer y tecno, cumbia, pachanga, regueton y rock. Sólo él es capaz de entonar a todo pulmón a Elvis Presley y en seguida cantar una de Aqua. Su hija pequeña pasa pidiendo las monedas y si no le das se enoja. Así que si van a este lugar deben saber que hay que reservar monedas para estos artistas callejeros, si no te quieres llevar unas buenas puteadas infantiles.


Intoxic revisa su reloj y lo manda a la mierda. Quisiera poder dejar de ver ese rostro ameno-violento en las caras que pasan. Esta tarde está especialmente idiota-patética. Hace falta una buena dosis de rock ´n roll. Hace tiempo que no se intoxica con amor y rock ´n roll. Ahora ella es la Miss Intoxic sin amor. Puede ser tierna, melosa, rasguñante, rajapieles, zorrats. Pero sin una gota de amor.

jueves, 13 de marzo de 2008

Trastor LiFe


"prefiero lo más feo de mis pesadillas, a lo más bello de esta realidad"
Envidia Kotxina

miércoles, 12 de marzo de 2008

Shotwoman



Miss puntual a las Veinte horas compra el boleto porteño. Diez minutos después arriba del bus se sienta en el n°7. Duda de todo lo que está y va a hacer. Se ríe frente a la ventana. El mp3 hacía saltar sus tímpanos. La música hacía conexión con sus pensamientos oscuros melosos. Llevaba su mejor ropa negra, como en los viejos tiempos. Ve Corta la esperaba puntual a las 23 horas en el terminal. Estaba ebrio y su estúpido bigote no ocultaba su estúpida sonrisa. Pero tenía un departamento cerca de la diversión. El olor a mar estaba en cada calle y eso era bueno. Con cuatro hombres iba a ser la noche. Chico P, Big A y 4 Ojos. De todas formas Ve Corta debía ser the one. Pero la vida y los hombres tienen vueltas y sorpresas que pueden asustar a cualquier primerisa soñadora. La Miss está curada de espanto. La mierda que ha corrido entre sus piernas la tiene más que advertida. Si vas, asumes lo que pueda pasar. Y la Miss sabe acomodarse a las circunstancias.
La cerveza estaba regalada y los cuatro varoniles grababan videos haciendo shotgun beer. Cómo te tomas una cerveza de 500 cc en 6 segundos. Uf qué machos! Pfff. Los grados del alcohol invadían la sangre y los cuatro machos quisieron salir a bailar. Ebrios los cuatro y la Miss caminaron por el puerto hacia una huevada que se llama Huevo. Escupió el chicle y mascó uno nuevo. Pidió que le dejen pasar rápido porque estaba que meaba las zapatillas de guardia. Y llegó al baño más decente que hayas visto en la costa discotequera. Se lavó las manos y soltó la risa porque pensó que venía algo muy bueno. El baile y después quién sabe. Pero desde aquí hay que cambiar el tiempo del cuento.
Salir del baño y mirar el panorama. Ir con Chico P a comprar un vaso negro y probar el sabor del ron barato. Buscar entre la gente los bigotes de Ve Corta. Chico P que se pone en medio. La Miss que lo aparta y lo ve. Ve Corta bailando con una pendeja de buenos modales. Y la Miss que no entiende ni carajo. Nada. Qué pasó con la invitación de Ve Corta bigotes imbéciles. El diablo lo sabe. Los amigos creen que a la Miss le va a durar la cara de asombro toda la noche. Pero no. Si Ve Corta la invitó al puerto para mostrarle como la pendeja educada le peina los bigotes con sus labios, pues perfecto. Se fue a la barra planeando qué mierda hacer. Y Chico P que está al lado le habla de treinta días de viaje por un país. Hasta que lo escuchó. Vamos a bailar. Vamos a masajear la pista, le dijo. Y a la Miss le dio risa su lenguaje termal. Es lo mejor que pudo haber pasado. Porque a la Miss la empezó a conquistar el color tabaco del Chico P, mejor amigo de bigotes. El le grito en el oído: olvidate de Ve Corta bigotes!!! Look at me!!! La envolvió sin trucos e hizo desaparecer el mal rato. Después vino el paseo por sus labios carne cruda y su estómago tibio como un té con canela. No había que hablar demasiado para entender que estaban hechos para juntarse sólo por esa noche y no volver a verse jamás. El Ve Corta se quedó con la adolescente modales finos, que no quiso llevarlo a su casa. Y la Miss se fue con Chico P a contar las estrellas que había en sus ojos color madera de Raulí. Brindaron toda la madrugada por esa adicción de corta duración. Cuando todos dormían la Miss tomó su bolso y no dijo adiós.

domingo, 9 de marzo de 2008

Me puse unas botas grises


El otro día llovió. El otro día también iba a ir a Interpol. Tuvo la entrada en sus pequeñas manos veinteañeras. Decía "prohibida su venta". La había comprado a menor costo por contrabando mediático. Pero el mismo día del concierto, un asunto derivado de la salud mental, la obligó a revender el pase al Caupolicán. Resulta que necesitaba esa plata poder pagarse al loquero. Pudo haber saltado y llorado con Paul Banks, pero fue más la urgencia de llorar con los otros locos de un mismo patio. So... ofreció desesperadamente la entrada. Nadie vía eme-ese-ene la quería. Hizo llamadas, envió mensajes de texto. Nadie. Recurrió a una última esperanza: googleó "interpol chile" y apareció. Era un blog. Interpol viene a Chile bla-bla-bla y abajo los comentarios. Ey! madafakars necesito una entrada, tengo 20 lukas, mi cel es xxxxxxuuuu!!!! El chico dejaba su fotolog. Lo revisó. Y comprendió que él merecía esa entrada más que ella. Realmente la deseaba más. Un joven estudiante que sigue el estilo al pie de la letra y sufre cada minuto que pasa sin tener la plata para comprar una maldita entrada. Así que lo llamó. Así que hicieron el negocio. El jovencillo estaba en el hotel donde la banda se estaba quedando. Sus planes eran ir más tarde a corear las canciones fuera del recinto. No importaba nada. Ambos quedaron agradecidos. Ella obtuvo la plata para pagar su loquero y él tuvo la entrada que merecía su fanatismo a toda prueba. Una cosa por otra.