miércoles, 28 de noviembre de 2007

Permanencia


Casi nunca se peina la Miss Intoxic. Cuando está sola, sin nadie que se pueda burlar, se desenreda la casa de pájaros que tiene allá arriba. Esa que a veces amanece café y otras color cobre. Pero que con el sol a su favor siempre será colorina.

Ahora es fácil mirarse al espejo, está consigo misma. Revisa las pecas, tal vez le han salido unas cuantás más que el año pasado. Se toca la nariz y la boca chica, esa que es el colmo de los dentistas. No siente la edad que tiene, piensa. Se siente infinitamente menor.

Aunque haya bastantes versiones de su vida, ella sabe bien qué puede contar dentro de su bolso de la experiencia. Hace poco que dejó de sentirse jodidamente sabia. Ya las cosas que ha hecho no tienen el mismo valor.

Pero no importa, de algo le ha servido probar muchas cosas, no pensar y actuar. Ahora es más calmada la vida. Mide todo. Las distancias, los costos, el placer, la rabia, la alegría, la comida, la bebida. Será una hibernación este momento? Será que está preparando y esperando esa culminación? El fin se acerca, sólo que la espera es matadora. Y hace pensar casi siempre huevadas frente a un espejo.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Engrupos


El tiempo para Zantiago mañana anuncia 28 grados y un sol que quema hasta los pensamientos. Pero el viernes quizás caigan unas gotas sobre nosotros. Así es toda la huevada de la primarerarss. Por eso te vienen las alergias y los resfríos raros. Y anoche supe que voy a tener tres hijos hombres. Es un alivio y a la vez una shit. Alivio porque siempre pensé que era esteril, producto de mi suerte de no quedar embarazada a pesar no tomar ninguna precaución (hablo del tiempo-en-que-era-una-loca-de-mierda o como dice un poema de Rimbaud "nadie es serio a los 17 años"). Y una shit... porque siempre he querido tener una Antonia. Será. Snif.

Ahora, cómo es posible que sepa cuantos hijos voy a tener. Muy fácil. Anoche estuve con mi grupo de amigas, al que enternecedoramente llamamos "pandilla", y fumamos weed. Entonces Isa, la que hace teatro, sacó un péndulo casero al que denominamos aguja y nos habló del certero método que te indica cuántos hijos tendrás y de qué sexo serán. Como toda persona que ofrece un método brujerístico, que suena chanta, nos dio pruebas concretas de la veracidad de la aguja. Todas creímos. Todas nos sometimos. Algunas teníamos algo de susto por la huevada de ser estériles o de que la droga nos cagó el útero y mil razones. Pero no. Todas vamos a ser madres y cumpliremos el sueño de toda mujer, porque aunque lo nieguen varias, es verdad. Todas queremos tener al menos un escuicle que nos haga cagar la paciencia y los muebles que nos regaló mami.

Y en celebrar por nuestros futuros partos, cesáreas y depresiones pos parto, Isa nuevamente, nos contó la historia de cómo rechazó fumar marihuana en el departamento de Gonzalo Valenzuela. Sí, así de crudo y sangriento. Pero todo fue culpa de su miopía -peor si era de noche- y la timidez de sus amigas. Aunque cualquiera se intimida con Valenzuela. Simplemente no vio que era él. Solo distinguía la silueta de un cuico de mierda con ganas de engrupirse unas pendejas hueonas. Y que tal si era así.